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Tercera unidad

Los sentidos de la Escritura

An allegory of the Old and New Testaments by Hans Holbein the Younger

(Foto —recortada— de Lluís Ribes Mateu en Flikr)

Sumario

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Al leer la Biblia, ¿cómo debemos entender el significado del texto bíblico? ¿Debemos interpretarlo literalmente o espiritualmente? A lo largo de los siglos, la Iglesia ha desarrollado una rica tradición para la interpretación de sus Sagradas Escrituras. El primer paso al interpretar cualquier texto es tratar de entender lo que sus autores quisieron decir a través de las palabras que utilizaron. Este significado intencionado se denomina el sentido literal. Sin embargo, los acontecimientos y realidades descritos en la Biblia también pueden tener un sentido o significado más profundo. A esto se le llama el sentido espiritual. El Catecismo, siguiendo la enseñanza de Santo Tomás de Aquino, divide el sentido espiritual en tres. Hay, pues, cuatro sentidos de la Escritura: el sentido literal y los tres sentidos espirituales. En esta unidad aprenderás a identificar y describir cada uno de estos sentidos.

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Objetivos de aprendizaje

 

Habrás completado con éxito esta unidad didáctica cuando puedes explicar el significado de los sentidos literal y espiritual. 

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Introducción

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Hasta ahora, en este curso, hemos estado aprendiendo a leer e interpretar la Biblia. A estas alturas, deberías saber que para interpretar correctamente un pasaje, debes tomar en cuenta lo que sus autores humanos pretendían decir (primera unidad) como también leerlo según el Espíritu en el que fue escrito (segunda unidad).

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Ahora, en esta unidad, vamos a estudiar los llamados sentidos de la Escritura. Cualquiera que haya estudiado las grandes obras de la literatura sabrá que un texto escrito puede tener diferentes niveles de significado. El lector atento debe tener en cuenta todos estos niveles para entender el mensaje completo del autor. Lo mismo ocurre con la Biblia. Así es como los Padres de la Iglesia interpretaron las Sagradas Escrituras y nuestra fe católica se basa en ello. En teología, llamamos a estos diferentes niveles de significados "los sentidos de la Escritura". El Catecismo enseña:

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Según una antigua tradición, se pueden distinguir dos sentidos de la Escritura: el sentido literal y el sentido espiritual... (CIC 115)

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Hay dos sentidos básicos de la Escritura, aunque el sentido espiritual puede dividirse a su vez en tres: el sentido alegórico, el sentido moral y el sentido anagógico. 

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El sentido literal

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El sentido literal. Es el sentido significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis que sigue las reglas de la justa interpretación. (CIC 116)

 

El primer paso a la hora de interpretar un texto es tratar de entender lo que sus autores quisieron decir con las palabras que utilizaron, como vimos en una unidad anterior. Este significado de las palabras utilizadas por el autor humano se llama el sentido literal. El sentido literal, sin embargo, no es el sentido literalista. Como mucha gente confunde los dos, es importante entender sus diferencias para poder distinguirlos.


Volvamos al ejemplo de la persona que dice tener mariposas en el estómago. Debe quedar claro para todos que no lo quiso decir literalmente. Es decir, no está afirmando que realmente tienen mariposas en su estómago. Al contrario, está utilizando esta imagen poética para describir sus sentimientos cuando ve a la persona de la que está enamorado. Este significado, la descripción de este sentimiento, es el sentido literal de esta expresión. Es el significado que pretendía la persona que utilizó estas palabras. 

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Por otro lado, el sentido literalista es el significado directo de las palabras en sí mismas, independientemente de la intención de la persona quien las dijo. Si tomáramos el significado de estas palabras al pie de la letra, entonces concluiríamos que la persona realmente tiene mariposas revoloteando en su estómago. El siguiente es un ejemplo similar tomado de la Biblia. San Pablo escribe:

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Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela. (1 Tes 5, 6)

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¿Pretende decir con esto que los cristianos no deben dormirse nunca? Obviamente no. Si vemos el contexto de este pasaje, está claro que está hablando de quedarse despierto espiritualmente, no físicamente. Pero algunas personas, en su mayoría protestantes fundamentalistas, interpretan la Biblia de esta manera. El fundamentalismo bíblico se refiere a un tipo de cristianismo que interpreta la Biblia de forma literal y solo acepta como relevantes para la fe aquellas verdades que se encuentran explícitamente en ella. Por eso creen que Dios creó el universo en seis días de 24 horas y que nuestro planeta solo tiene unos pocos miles de años.

 

La Iglesia, sin embargo, enseña que debemos prestar atención al sentido literal, no al sentido literalista. Es tarea del exégeta distinguir entre ambos. Dado que el primer capítulo del Génesis está escrito en forma de poesía, creemos que su autor no nos estaba dando una explicación científica sobre cómo se creó el universo. En cambio, estaba utilizando este lenguaje poético para enseñar verdades importantes para nuestra salvación, como vimos en la unidad anterior.

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El sentido espiritual

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En cuanto al sentido espiritual, el Catecismo dice:

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Gracias a la unidad del designio de Dios, no solamente el texto de la Escritura, sino también las realidades y los acontecimientos de que habla pueden ser signos. (CIC 117)

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Es decir, lo que las palabras de un texto significan —el sentido literal— puede tener un significado adicional al prefigurar un acontecimiento futuro. En las grandes obras de la literatura, los autores suelen dar a su texto un significado más profundo. Pero en la Biblia, es Dios, como su autor principal, quien puede dar a los acontecimientos y realidades descritos por el sentido literal del texto su significado más profundo. El cruce del Mar Rojo es un buen ejemplo para ello.

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En este caso, la intención del autor era describir el acontecimiento que condujo a la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto. Dado que este era su intención, decimos que la descripción de lo sucedido es el sentido literal del texto. Pero en la mente de Dios, el cruce del Mar Rojo tiene un significado más profundo. Prefigura y señala un acontecimiento futuro y espiritual en el Nuevo Testamento: nuestro bautismo. Así como Israel fue salvado de la esclavitud en Egipto al cruzar las aguas del Mar Rojo, también nosotros somos salvados de nuestra esclavitud espiritual al pecado cuando pasamos por las aguas del bautismo. Este significado más profundo, del que el autor humano seguramente no tenía ni idea, se llama el sentido espiritual.

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El Catecismo, siguiendo las enseñanzas de santo Tomás de Aquino, divide el sentido espiritual en tres. 

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  1. El sentido alegórico. Podemos adquirir una comprensión más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; así, el paso del mar Rojo es un signo de la victoria de Cristo y por ello del Bautismo (cf. 1 Cor 10, 2).

  2. El sentido moral. Los acontecimientos narrados en la Escritura pueden conducirnos a un obrar justo. Fueron escritos «para nuestra instrucción» (1 Cor 10, 11; cf. Hb 3-4,11).

  3. El sentido anagógico. Podemos ver realidades y acontecimientos en su significación eterna, que nos conduce (en griego: «anagoge») hacia nuestra Patria. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste (cf. Ap 21,1- 22,5). (CIC 117)​

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Hay, por tanto, cuatro sentidos de la Escritura: el sentido literal y los tres sentidos espirituales. Puedes aprender más sobre los sentidos espirituales de la Escritura en tu estudio personal. Antes de pasar a la siguiente unidad, deberías asegurarte de que eres capaz de explicar estos conceptos usando tus propias palabras.

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Tareas

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  • ¿Qué es el sentido literal?

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  • Describe el sentido espiritual y de tres ejemplos de su uso en la Biblia. 

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